En este artículo opino sobre las similitudes entre la arquitectura y el diseño web, indicando qué cosas podemos aprovechar de la forma de proyectar en Arquitectura cuando comenzamos un proyecto web. Una propuesta para hacer más arquitectura y menos construcción en la web.
Arquitectura VS Construcción
Durante muchos años he convivido profesionalmente entre dos mundos. Uno de ellos ha sido la Arquitectura y el otro el diseño y desarrollo de productos digitales.
A simple vista pueden parecer dos campos totalmente distintos pero créeme, en ambos campos hacemos lo mismo, dotamos de funcionalidad a un espacio que va a ser utilizado por personas.
Lo único que cambia es el contexto. En arquitectura trabajamos un espacio tridimensional mientras que en el desarrollo web trabajamos un interfaz 2d.
Pues a pesar de estas similitudes siempre me ha llamado la atención la enorme diferencia que existe en ambos campos a la hora de encarar un proyecto para un cliente.
Déjame hacer un inciso antes de continuar con esta comparación entre estos dos mundos.
En el mundo de la arquitectura hay dos tipos de proyectos. En el primero de ellos se crea arte, se diseñan espacios que van a dialogar con su entorno y se crean relaciones entre el exterior y el interior y además dotamos de una funcionalidad para los habitantes del mismo. Eso es arquitectura.
Pero hay otro tipo de proyectos donde lo que prima es la rentabilidad. Es decir, construir lo máximo al menor coste posible. Eso es construcción.
Pues bien, creo que hoy día en el diseño web necesitamos más arquitectura y mucha menos construcción.
Proyectos web basados en la construcción
Desde el año 1996 tengo relación con la web, y la percepción que tengo es que cuando encaramos un proyecto lo hacemos casi de forma exclusiva enfocándonos en la parte tecnológica y no tanto en lo que comunica nuestra web o en cómo lo hace.
Y creo que es un error. No me malinterpretes. No estoy diciendo que la parte tecnológica de un proyecto web no sea importante.
Es más, en lo personal, cada proyecto que realizo intento abstraerlo lo máximo posible con el objetivo de poder reutilizarlo en otros proyectos futuros.
Esta idea de “paquetizar” partes de un proyecto nos hace ser mucho más productivos, eficientes y rentables.
El problema está cuando intentamos encajar las necesidades de un cliente en uno de nuestros “paquetes”. En ese caso estamos haciendo solo construcción. No arquitectura.
Tenemos que escuchar atentamente las necesidades reales de nuestro cliente y crear una propuesta, en lugar de intentar encajar las necesidades de nuestro cliente en uno de nuestros módulos.
Y no siempre es fácil interpretar las necesidades del cliente como veremos a continuación.
Las necesidades del cliente
Como proyectistas lo primero que tenemos que tener claro es que en la mayoría de las ocasiones nuestros clientes no saben lo que quieren, y lo que es peor, no saben lo que pueden llegar a conseguir.
Nos vienen con referencias de su competencia o de otros sectores con cosas que les gustan, muchas veces basadas en cosas tan subjetivas como la estética.
Creo que nuestra obligación en este primer contacto con el cliente es saber filtrar lo objetivo de lo subjetivo e intentar analizar cuales son las necesidades reales del cliente para poder proyectar una propuesta seria.
Creo que nuestro deber es crear una propuesta que tenga un impacto en el modelo de negocio de nuestro cliente en lugar de intentar copiar algo que le guste al cliente.
Por tanto necesitamos saber cuál es el modelo de negocio de nuestro cliente y cuál es su cliente ideal.
Si ya tiene una web en funcionamiento necesitamos saber quién está visitando su web para, por ejemplo, comprobar si coincide el actual visitante de su web con su cliente tipo. También es muy útil conocer los canales de los cuales proviene su audiencia actual.
También necesitamos saber qué objetivo busca con su web: ¿Vender más? ¿Darse a conocer a su cliente ideal? ¿Dinamizar su audiencia? ¿Llegar a nuevos mercados?
En resumen, en este primer contacto tenemos que hacer ver a nuestro cliente las posibilidades de su futura web. Tenemos que hacerles entender que no pueden conformarse con que su web sean meras tarjetas de visita virtuales sino una herramienta que tenga un impacto positivo en su modelo de negocio.
En este primer contacto, por tanto, lo importante no es si vamos a usar React con Laravel o si vamos a apostar por WordPress.
La ceguera como guía de diseño
Hay más elementos que nos impiden “crear arquitectura” en nuestros proyectos web. Uno de ellos es el uso en exclusiva de los patrones de diseño.
Los patrones de diseño resuelven problemas comunes en nuestros proyectos web, como la navegación dentro de un sitio web, el carrusel, el itinerario, que nos permite dividir una una acción compleja en acciones más pequeñas realizadas por pasos.
Los patrones de diseño son el resultado de los conocimientos adquiridos durante el desarrollo de nuestra profesión, avalados por la respuesta positiva de los usuarios. Y deben usarse.
Pero la existencia de estos patrones de diseño no implican que no puedan nacer otros nuevos.
El uso de estos patrones de diseño no puede hacer de freno a la creatividad y del nacimiento de nuevas tendencias que puedan ser validadas por nuestros usuarios con el tiempo.
Hay casos en los que merece la pena practicar lo que podemos llamar “ceguera como guía de diseño”.
Porque hay momentos en los que una respuesta inesperada puede provocar esa chispa que consiga que nuestro sitio web conecte emocionalmente con nuestro usuario y se provoque la conversión que estamos buscando.
Creo que el único límite en la experimentación, la única línea roja debe ser el provocar confusión al usuario o cualquier otra sensación negativa. Por lo demás, cualquier experimentación puede conseguir con el tiempo transformarse en patrón de diseño.
Diseño web con lápiz y papel
Otra forma de llevar “más arquitectura y menos construcción” a nuestros proyectos es utilizando métodos que nos ayuden a expresar de forma material nuestros pensamientos, como por ejemplo, la ideación gráfica.
La ideación gráfica es un método que sirve para transformar nuestros pensamientos e ideas en dibujos que nos permitan dar solución a problemas. Y es un proceso que se realiza con papel, lápiz y concentración, no en Sketch o en Illustrator.
Gracias a este proceso podremos dar forma a pensamientos que ni siquiera podemos articular.
Es un proceso que requiere práctica y alcanzar el estado mental necesario para que sea fructífero tiene un precio. Este estado mental no lo vamos a conseguir en 5 minutos ni mientras contestamos varios correos o mientras nuestro móvil nos inunda con cientos de notificaciones.
En mi caso utilizo la ideación gráfica para transformar la propuesta de valor única del proyecto en una plataforma real y realizable, como si de un diagrama mental si tratase.
Una vez definida nuestra plataforma, podemos pensar en la estructura del sitio, en las acciones que podrán realizar el usuario, en la información que tendremos que facilitar para que dichas acciones se puedan completar de forma exitosa por parte del usuario, y ya entonces y solo entonces, podremos empezar a analizar qué tipo de tecnología puede encajar mejor en el proyecto.
Te invito a que si no has usado la ideación grafica para dar forma a tus proyectos web le des una oportunidad. Cambiará tu forma de trabajar para siempre.
Conclusión
A estas alturas puede que estés pensando que no siempre es posible tener proyectos que nos permitan ser creativos.
Es cierto que unas veces el cliente nos condiciona en cómo debe ser el proyecto y en otras el cliente o el proyecto no nos motiva.
Pero eso no quita para que tratemos nuestro oficio como lo que es, un arte.
Por eso intentemos que cada web que hagamos sea única.
Aprovechemos cada encargo como un motivo para explorar nuestra creatividad, una oportunidad que nos anime a experimentar y a probar cosas nuevas.
Que cada proyecto nos haga crecer profesionalmente y nos enriquezca.
Intentemos al menos crear un poquito de arquitectura entre tanta construcción.